Las navidades me ponen melancólica;
todos los años me prometo a mi misma y hago un gran propósito:
disfrutar de estas fiestas, disfrutar del momento, disfrutar de las
personas que tengo y quiero y con las que estoy, aquí y ahora; pero
mi gran ausencia, aún me impide hacerlo al cien por cien, supongo
que es algo más que tiempo y sobre todo el tener que mentalizarme.
Perder a mi padre ha emborrado las
navidades, una época del año que me encantaban, me gustaban y
disfrutaba como una enana de ese espíritu navideño, de la alegría,
de compartir. Ese espíritu navideño, que desde niña me inculcaron
pero de el de verdad; no el de las grandes superficies y el del
consumismo excesivo.
Pero bueno, ésta, mi gran ausencia, no
puede derrotarme, ni agacharme y no puede hacerme perder mi sonrisa y
mi positivismo. Debo de vivir mi día a día, sin prisas pero sin
pausas y con toda la gente que me gusta, la gente que quiero, la
gente buena...mi gente!!!... y hacer que ese diario, mi diario en esas
fechas tan entrañables, vuelvan a ser lo de antaño, excelentes y
extraordinarias.
Cierto es que este año que está
acabando no ha sido nada malo y tengo los suficientes motivos para
sonreír como todos los días...con sus altos y sus bajos, pero no ha
estado nada, pero que nada mal.
Aunque dicen que, lo bueno siempre está
por llegar; pero cuando te sientes bien contigo misma y tienes una
estabilidad emocional más o menos conseguida, sin olvidar el
necesario toque de locura; no debes de quejarte y hacer lamentaciones
banales y es obligatorio seguir hacia adelante, sonreír y vivir el
día a día como nunca, como si no hubiese un mañana.
Por eso mi resumen del año y mi
felicitación navideña, no van a ser pesimistas, sino optimistas al
máximo; ya he recordado a mi papi, ahora, también recuerdo a mis
abuelos y aún me vienen a la mente, como si fuera hoy mismo, esas
navidades de entonces cuando estaban todos y nos reuníamos...
momento nostálgico, pero bueno estarán en mi memoria, forman parte
de mi yo más íntimo y tienen, por supuesto, un lugar privilegiado
en mi corazón y siempre prevalecerán en mi memoria, han sido y son
demasiado importantes para olvidarles.
Este espíritu navideño del que
hablaba antes, el verdadero espíritu de Navidad del que no hablan en
los medios de comunicación, ni se respira en la calle, no es el del
consumismo desmesurado, ni el de ser todos amigos del momento, esas
exaltaciones de amistad momentánea, ni desear lo mejor hasta que te
encuentres en MI camino y te ponga la zancadilla...El espíritu de la
Navidad está en cada uno de nosotros y es innato... o lo tienes o lo
no tienes; o lo recibes del Niño Jesús y lo aceptas con todas sus
consecuencias o no; o te dejas llevar por la corriente de las modas
superfluas.
Porque el gran protagonista de la
Navidad es ni más ni menos que ese, el Niño Jesús, pues esta no es
una fiesta pagana, ni laica...es una fiesta RELIGIOSA y tradicional
con todo lo que ello implica; Jesús vino al mundo para revelarse con
más claridad y llenarnos de buenas nuevas, esas que debemos de
transmitir nosotros entre nosotros, pero sin interés y en estos
tiempos que corren estamos tan necesitados de todo eso, que yo invito
a todo el mundo a eso a transmitir el mensaje de la buena nueva y
celebrar la Navidad con...EL VERDADERO ESPÍRITU DE LA NAVIDAD...
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